jueves, 29 de enero de 2009

BOLETÍN INFORMATIVO FAMILIAS I

REUNIÓN INICIAL PROFESORADO-FAMILIAS
DEPARTAMENTO DE ORIENTACIÓN
CURSO 2008/09


IES "EL TEMPLE" DE LA MALAHÁ (GRANADA)


MÉTODO DE ESTUDIO EPLER[1]:


Examina
Pregunta
Lee
Esquematiza
Recita
Revisa


1º/ EXAMINA todo el tema rápidamente para saber de qué va y cómo está organizado: título, contenido, apartados, subapartados, etc. Mira también los gráficos, fotografías, mapas, diagramas, etc. y resúmenes que suelen aparecer al final del texto. Busca en el diccionario el vocabulario que desconozcas para su mejor comprensión.

2º/ PREGUNTA mientras lees: ¿A dónde me lleva este tema?, ¿cómo lo relaciono con lo que sé?, ¿qué es lo más importante?, etc.

3º/ LEE cada apartado de forma más profunda y sistemática. Concéntrate en los puntos principales. Anota en un folio aparte
[2] lo más importante conforme lees y entiendes cada apartado. Subraya las ideas principales anotadas en el folio con colores.

4º/ ESQUEMATIZA lo anotado y subrayado. Haz una representación gráfica y simbólica de la lección (esquema o mapa conceptual), pues permite tener una idea general de muchos contenidos y ayuda a repasar sin tener que volver a leer todo el texto.

5º/ RESUME o recita mentalmente o en voz alta el esquema ya que facilita la retroalimentación. Es decir, te dices a ti mismo los contenidos que en lenguaje normal diario no usas. Conviene que alguna vez expongas por escrito lo que sabes: te ayudará a saber cómo trabajas en un examen.

6º/ REPASA o revisa periódicamente los esquemas, notas, mapas conceptuales. Es más efectivo repasar pocas veces pero espaciadas que muchas pero seguidas. En cada repaso vuelve al tema original cuando una idea no quede suficientemente clara o comprendida.

Estos seis pasos que forman este método de estudio tienen la ventaja de que te obligan a estudiar activamente, a no convertir el trabajo en meras lecturas que se suceden unas tras otras.

ORIENTACIONES PARA PADRES y MADRES CON HIJOS E HIJAS ADOLESCENTES

Sus hijos e hijas ya están en la adolescencia. Esta etapa supone un paso importante entre la niñez y el mundo adulto. Muchos padres y madres cuando llega la adolescencia se encuentran con un niño/a que ha dejado de serlo y no saben cómo actuar ante: muestras de inconformismo, desobediencia, actitudes de salirse con la suya, engañar a los padres ocultando cosas, no hacerles caso y hacer mucho más caso a los amigos/as, problemas con la ropa, salir por la noche, salir con chicos/as etc.

Para empezar a trabajar con un adolescente deben partir de dos elementos: cómo es vuestro hijo/a y cómo actúan los adolescentes. Todos los aspectos que he destacado al principio son frecuentes y normales, siempre que no sean exagerados, por ejemplo... que se enfaden frecuentemente con los padres, porque no les dejamos hacer alguna actividad, es normal, pero si se enfada con insultos o mucha agresividad ya no es tan normal. Una reacción así puede nacer, por ejemplo, por haber estado muy consentido/a o sobreprotegido (ha hecho un poco lo que le ha dado la gana) o que vosotros (padres) sois muy duros y no le dejáis hacer casi nada.

El adolescente busca seguridad en su pandilla, aunque estas son todavía poco estables. Necesita menos afecto de los padres (pero sí apoyo y comprensión) y busca su independencia... en este camino el chaval/a debe aceptar la autoridad paterna, pero debemos dialogar y negociar más que antes (ya no sirve eso de “porque lo mando yo”). También debemos hacer entender al joven cuando sus razonamientos son sensatos y cuando no (no es fácil, pues sólo piensan en el presente).


En este momento de la vida del joven, las madres y los padres se pueden ver desbordados, así que necesitaréis mucha ayuda mutua. Si el padre o la madre no ha estado muy implicado en la labor educativa, su presencia "sólo" para controlar, puede provocar actitudes de rechazo del adolescente. Por eso, madre y padre deben ponerse de acuerdo en su estilo de educar (normas y límites del hogar). Los padres deben apoyarse y razonar lo que pasa con el hijo/a... la madre suele ser más contemporizadora y el padre más punitivo... pero la idea o norma debe ser la misma. Por ejemplo, "si debe venir a casa a las 10 de la noche, se debe cumplir... si hay una fiesta especial se puede decidir que venga a las 11", pero esta decisión debe ser hablada. Si se cambia mucho de opinión o cada uno le dice una cosa, se irrita innecesariamente a los chicos y chicas. Con la edad, hay que ir cambiando esas normas, dado que lo importante es que los chavales desarrollen su propio autocontrol.


La prioridad de los padres debe ser: buscar que el adolescente sea RESPONSABLE de sus estudios (amigos/as y ocio) cada vez más y que cumpla los acuerdos y normas familiares (que debe conocer bien)... para que poco a poco sea él, el que se controle y organice (empezando por su cuarto, estudios, paga semanal, horarios de entrada y salida etc.).

Las muchas solicitudes o demandas de su hijo/a deben ser filtradas por dos factores: ser razonables y justas, en relación a su edad y a su responsabilidad. Rechazar presiones o chantajes y no dar falsas esperanzas... se puede negociar y llegar acuerdos pero estos deben ser cumplidos en su totalidad. Tampoco debemos hacerles chantajes afectivos (ej. No decir a su hijo/a: "cómo me haces esto a mí, con lo que yo te quiero").

Querer a un hijo/a adolescente ya no debe basarse sólo en besos y abrazos, sino en dialogo y aprecio por lo que el joven piensa y hace. Educar es más que querer, aunque a veces el chico/a no entienda nuestras razones y se enfade.

El amor debe ir unido al respeto, no se debe perder el respeto a un hijo/a, pero tampoco permitir que él/ella nos pierda el respeto. No se gana nada con los gritos y reproches. Cuando vuestro hijo/a se empiece a ponerse “tonto”, se le dice lo que debe hacer y uno se va de la habitación donde se esté con él, no le enseñemos a “dialogar” a gritos.

Un adolescente necesita límites, más amplios y flexibles pero igualmente claros que cuando era un niño/a. Negociar no es malo, siempre que el chaval acepte los acuerdos y no se los salte. Debemos valorar su responsabilidad y premiarla. Si se pasa, debe ser sancionado, normalmente con el "dinero y el tiempo en la calle", pero nunca quitarle todo, sino una parte de la paga o el tiempo de amigos o juegos (para que realmente valore el castigo). No castigar con tener que estudiar más horas (no lo hará), ni premiar con regalos por las notas; estudiar es su obligación y una parte de su futuro, él/ella debe valorar su importancia. Los premios y regalos deben basarse en la madurez y esfuerzos que realiza en su comportamiento en general.


ALGUNAS ORIENTACIONES PARA MEJORAR LAS RELACIONES CON SU HIJO/A:

- Hay que explicar las razones que tenemos para oponernos a algo o castigarlos.Debemos escuchar cuidadosamente antes de decidir sobre lo que nos piden.
- Debemos seguir preparándolos en los hábitos domésticos (limpiar, fregar...) y rutinas personales (higiene personal y de su cuarto).
- Analizar más QUÉ hace, que POR QUÉ lo hace... siempre nos preguntamos por qué, pero a veces las respuestas no son fáciles... es mejor saber qué hace el joven para apoyar o desalentar una conducta concreta.
- Debemos ser positivos, hacer que la responsabilidad que le pedimos sea sinónimo de educación, sensibilidad, organización y sensatez.
- Debemos elogiar más que castigar. Sea prudente, pero sobre todo, constante, no se rinda fácilmente.Formule sus peticiones de forma CLARA, FIRME Y SEGURA. Los adolescentes suelen cebarse con los padres demasiado inseguros. Cuando su hijo/a no quiera hablar pregúntele ¿Cuándo podrán hablar con él/ella? No le obliguemos.
- Evite caer en comentarios hirientes o irónicos. No dé importancia a esos comentarios de su hijo/a, a no ser que sean graves.
- Si se ha equivocado reconózcalo rápidamente y sin tapujos.
- Evite desacuerdos con su pareja delante de los adolescentes.
- Dígale a su hijo/a exactamente lo que debe hacer y lo que no, cuando le pedimos algo.
- Delegue en él/ella responsabilidades de la casa.
- Haga que el adolescente participe en las discusiones o reflexiones familiares.
- Hable a su hijo/a adolescente de cómo se siente ante los sucesos de la vida, de sus preocupaciones y de cómo les van las cosas.
- Evite poner etiquetas a sus hijos (“mi hijo es un/a hiperactivo/a”).
- No deje de exigirle en aspectos morales o sociales.
- Valore la escuela y su esfuerzo, no sólo en el aspecto de notas o por aprobar, sino como medio para aprender para la vida.
- Valore en su hijo/a la idea del compromiso.
- Anime a su hijo al pacto y la reflexión sobre: horarios, actividades, paga, regalos, TV, ocio..
- Debemos estar atentos a los cambios bruscos. Todo cambio fuerte tiene una causa.
- Haga lo que pueda por su hijo/a, el esfuerzo y el cariño siempre tiene recompensa.
- Permita a su hijo equivocarse y rectificar. Evite sentirse decepcionado/a ante el primer fracaso.
- Piensen que son ustedes un buen padre y una buena madre, la perfección no existe.


ALGUNAS ORIENTACIONES RELACIONADAS CON LOS ESTUDIOS


  • Procure que su hijo/a lleve una vida ordenada y descanse el tiempo necesario. Aconséjele sobre la planificación en los estudios.
    Ofrézcale su colaboración, pero no haga nada que él pueda hacer sólo.
  • Motívele elogiando sus esfuerzos, valorando sus cualidades personales (todos tenemos alguna) y aceptando sin desánimo sus limitaciones. Propóngale metas y esfuerzos realistas.
  • No oculte información al tutor o tutora. Analice la información que le dan.
  • Trate a cada hijo o hija con iguales normas, pero valorando sus diferentes formas de ser.
  • No compare a sus hijo/a con otras personas o familiares.
  • Preocúpese por él/ella como persona, no sólo como estudiante.
  • Critique o corrija sus fallos (lo concreto: “la tarea de hoy no las hecho muy bien”), pero nunca su persona (“eres un desastre”).
  • Evite proyectar sobre sus hijos/as sus éxitos o fracasos vitales.
    Oriéntele, pero evite imponerse en las opciones académicas de su hijo/a.
  • Tenga una visión positiva de la vida, de las personas, del profesorado y de su hijo/a.

CONSEJOS PARA QUE LAS MADRES Y PADRES ESTIMULEN A SUS HIJOS A ESTUDIAR BIEN

· Planificar, desde los primeros días de las clases, el tiempo a emplear y el sistema a realizar, para que puedan desarrollar su plan de estudio de cada asignatura, acordado con el profesorado (Guía del alumno). Ayudarles a distribuir su tiempo, en función de las dificultades e importancia de cada materia. Establecer repasos periódicos para cada tema para consolidar lo aprendido y salir de las dudas que no haya podido solucionar.
· Valorar los métodos de estudio utilizados y su posible mejora
[3].
· Ordenar por temas, con los hijos e hijas, todos sus apuntes y materiales, para que puedan repasarlos y utilizarlos todas las veces que fueran necesarias.
· Animar a las hijas e hijos para que se sientan seguros y optimistas, pero también realistas, antes y durante los exámenes, de forma que les permita estar al máximo de sus posibilidades emocionales.
· Dialogar sobre lo que cada día han aprendido, dándoles otros puntos de vista ajenos a la etapa de estudiantes, por ejemplo, cuáles son las aplicaciones en la vida real de lo que han aprendido.
· Fomentar que pregunten en clase todo lo que no hayan entendido, tantas veces como sea necesario, sin importarles “el qué dirán”.
· Evaluar con los hijos e hijas, los aprendizajes que van adquiriendo en las distintas asignaturas, se pueden hacer simulaciones de exámenes.
· Felicitar y animar para que tengan fe en sí mismos, en sus capacidades de estudio y en sus posibilidades de éxito.
· Desarrollar la capacidad de automotivación y autoexigencia buscando el máximo grado de aprendizaje y evitar que trabajen bajo mínimos.
· Motivar ante las tareas y obligaciones, que como estudiantes, van a tener que realizar desde el mismo día del comienzo del curso. Mejor dicho desde antes de empezar las clases, pues deberán estar perfectamente preparados y motivados para el comienzo. Las frases negativas, similares a las de “no creo que termines el curso por que es solamente para gente trabajadora” nunca deben ser emitidas. También tienen que ayudar a mantener durante todo el curso y hasta el final el más alto grado de motivación, previendo los momentos de bajada de la motivación y de la autoestima.

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[1].- Hernández Pina F.: Aprendiendo a aprender. Métodos y Técnicas de estudio para alumnos de educación primaria y secundaria. Grupo Distribuidor Editorial. Madrid.1990.
[2].- En el método original se subraya sobre el libro, el actual sistema de gratuidad de libros de texto de la Junta de Andalucía impide subrayar y hacer cualquier tipo de anotación sobre los libros de texto.
[3].- Ejemplo de método de estudio al inicio del documento.

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